Los fagos llevan tiempo salvando la vida de personas con infecciones inmunes a los antibióticos. En España, los investigadores piden que se permitan estos tratamientos para pacientes sin más opciones

Para poder aplicar los fagos como terapia compasiva para quienes no tienen otra opción, las agencias reguladoras deben dar su visto bueno. Las dudas sobre su eficacia basadas en los resultados del pasado o el riesgo de que una mala purificación de los fagos provoque una reacción inmune letal dificultan estos permisos. Pilar García (IPLA-CSIC, coordinadora de la red española de investigadores en bacteriófagos, explica que “en España no se está aplicando este tratamiento compasivo” y se van “a reunir con la Agencia Española del Medicamento para hacerlo posible”.

Hace cien años, algunas de las grandes empresas farmacéuticas vendían preparados a base de virus para tratar de combatir las infecciones bacterianas que hacían estragos cuando aún no había antibióticos. Felix d’Herelle, un médico canadiense que bautizó a estos microorganismos como bacteriófagos, devoradores de bacterias, los utilizó para tratar con cierto éxito a enfermos de cólera o peste bubónica y creó medicamentos virales que después comercializó L’Oréal. En un estudio con enfermos de cólera realizado en el Punjab indio en 1927, cuando aún formaba parte del imperio británico, el 92% de los pacientes tratados con fagos se salvaron frente al 37% de los que no recibieron tratamiento.