“El estudio de los fermentos es muy importante para conservar y mejorar las variedades queseras regionales”, señala la directora del IPLA

En un mundo que busca la sostenibilidad alimentaria, los quesos asturianos constituyen un auténtico tesoro que es necesario preservar y también mejorar. “El queso es un alimento cercano y eso ahora aporta gran valor añadido”, tal como dijo ayer en el Club Digital la investigadora del CSIC María Fernández, directora del Instituto de Productos Lácteos de Asturias y delegada institucional del CSIC en la región.

La doctora Fernández clausuró ayer el ciclo “Qué sabemos de…”, organizado en colaboración con el CSIC, con una charla sobre los fermentos y la innovación en la industria quesera, en la que además de ofrecer numerosos datos dejó claro el potencial económico y nutricional que albergan los quesos asturianos.

“Hablar del sector lácteo en Asturias es hablar de tradición y economía; la ganadería láctea es la segunda en importancia dentro del sector agroalimentario español”, señaló. Fernández, que fue presentada por Miguel Gueimonde, subdirector del IPLA, destacó la importancia de estudiar los fermentos para conservar y mejorar las variedades queseras regionales.

Asturias está considerada la mayor mancha quesera de Europa. No existe otro territorio de sus dimensiones que registre más de cuarenta variedades queseras, varias de ellas de tradición ancestral y ligadas a la actividad ganadera y a la especial orografía de la región, que daba pie a buscar fórmulas para prolongar la vida útil de los alimentos, en este caso de la leche. María Fernández hizo hincapié en las bajas tasas de consumo de quesos que se registran en España y de manera particular en Asturias, respecto a otras zonas de Europa y países como Francia. “Aumentar el consumo es uno de los objetivos de iniciativas como la marca ‘Alimentos del Paraíso’, puesta en marcha por el Gobierno del Principado”, señaló. El estudio de los fermentos lácticos es una de las principales líneas de investigación del IPLA desde hace 30 años. Los resultados se comparten con los elaboradores.

María José Iglesias-La Nueva España

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