MARÍA FERNÁNDEZ – DIRECTORA DEL INSTITUTO DE PRODUCTOS LÁCTEOS
DEASTURIAS (IPLA)
«Nuestras líneas de investigación están muy dirigidas a temas de
salud; ir al entorno del HUCA nos ofrece más posibilidades»
María Fernández (Oviedo, 1967) lleva casi nueve años en la dirección
del Instituto de Productos Lácteos de Asturias, cuatro como vicedirectora con Clara González y otros cuatro a la cabeza. Anteayer colocó, junto al presidente, Adrián Barbón; el alcalde, Alfredo Canteli; y la presidenta del CSIC, Rosa Menéndez, la primera piedra del nuevo edificio del IPLA en La Corredoria. La última pieza para la creación de un gran polo biosanitario en Oviedo. Por lo pronto, anuncia, «debemos seguir trabajando» y «esperar», pero sin apartar la vista de un espacio que les permitirá «crecer» como no lo habían hecho durante los últimos treinta años.
–Anteayer colocaron la primera piedra del nuevo IPLA, ¿Cómo se sienten hoy?
–Es una satisfacción muy grande. Supone el inicio de la obra, que era un momento muy esperado y deseado por todos nosotros. Son muchos años detrás de este proyecto, que ahora nos permitirá crecer.
–¿Las instalaciones que todavía ocupan están obsoletas?
–Trabajamos 59 personas en 1.100 metros cuadrados. Además, con las medidas surgidas por la covid-19, tenemos a una buena parte del personal teletrabajando. El cambio será muy grande. Pasaremos a unas instalaciones amplias, modernas y adecuadas de 5.000 metros. Es muy ilusionante.
–¿Esperan el cambio de sede con impaciencia?
–Por supuesto.
–Pero mientras tanto el trabajo no puede parar.
–Claro que no. La investigación no puede parar nunca ni podemos estar de brazos cruzados esperando. Ahora en el IPLA hay 28 proyectos en marcha, 7 tesis doctorales y todo tiene que seguir funcionando como hasta este momento. Lo que realmente supone el nuevo edificio del IPLA es una apuesta de futuro para Oviedo y para Asturias. Nos ayudará a seguir con todo lo que tenemos en marcha, pero también supondrá un impulso muy grande para la investigación del instituto. Nuevos proyectos, nuevas líneas de investigación, más personal.
–¿Crecerá la plantilla del IPLA tras el traslado?
–Esperamos que sí, porque si hay nuevas líneas de investigación y proyectos, estos generan la posibilidad de contratar. Actualmente la plantilla se divide en un 50% de personal funcionario y la otra mitad personal contratado. Y respecto al personal funcionario, en ese aspecto dependemos de la oferta pública. Si sigue como estos años, iremos creciendo paulatinamente. Con la última OPE se incorporarán tres investigadores y esto supone poner en marcha muchas cosas nuevas. Y no nunca vienen solas, significa contratos, doctorandos, técnicos en formación…
–¿Les apena dejar Villaviciosa?
–Hemos trabajado treinta años aquí en Villaviciosa y nos sentimos bien y queridos por el pueblo, pero nuestras líneas de investigación actuales están muy dirigidas a los temas de salud y con esa proyección, ir a Oviedo al entorno del HUCA nos ofrece muchas más posibilidades. Esperamos seguir teniendo relación con Villaviciosa, por supuesto, con el Serida (Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario), que todo eso no se pierda.
–¿Cuánto durarán las obras del nuevo edificio?
–Según el contrato, la ejecución de la obra durará dieciocho meses. Calculamos, entre ese periodo de tiempo y después la fase de acondicionamiento y amueblado de todos los espacios, que tardará unos dos años en total.
–¿Qué papel jugará el IPLA en el gran polo biosanitario de Oviedo al que se refería anteayer el presidente Adrián Barbón?
–El IPLA se va a integrar perfectamente en ese entorno y va a formar parte de ese engranaje, estableciendo un enlace mayor si cabe entre nuestra labor investigadora de laboratorio con el trabajo clínico. Eso, partiendo de la base de que tenemos ya una colaboración muy buena con distintos servicios del Hospital. Estar ahí va a reforzar esa colaboración.
–¿Cómo?
–La explicación es muy sencilla, hoy ya todos tenemos claro que la investigación es multidisciplinar, no sectorial. Y partimos de una visión global como esa para poder afrontar los problemas presentes y futuros de la sociedad como el envejecimiento de la población o los altos índices de obesidad de la región. Son temas en los que ya trabajamos en colaboración con el HUCA y el ISPA, solo que ahora estaremos mucho más cerca.
–¿Todo más fácil y rápido, en definitiva?
–Exacto. Desde el punto más sencillo como es que se abrirá la posibilidad de compartir equipos entre los centros. Algo que, por otra
parte, ayudará a rentabilizarlos, ya que son muy costosos y se quedan obsoletos con bastante rapidez.
–¿La recuperación económica podrá venir a través de este sector?
–En Asturias tenemos varios sectores claramente descritos como muy importantes: el agroalimentario es uno de ellos, que será un motor importante en la recuperación; el acero; y luego todo el apartado de la salud, que ya ocupa un lugar elevado en las cifras económicas. Sin duda, esta integración puede ser un tractor muy importante para la ciudad y para la región.
–¿Establecerán sinergias con el tejido empresarial?
–La ciencia y la investigación son generadoras de empleo. En el IPLA nació en 2016 la start up Microviable Therapeutics, por ejemplo. Gente que se ha formado en el IPLA trabaja ahora en algunas empresas de
Asturias como CAPSA o han hecho su carrera fuera o en centros tecnológicos. La formación del personal es muy importante, porque
crearán empresas en el futuro y es hacia donde tenemos que ir, a generar productos de calidad aprovechando las características que
tenemos.
–¿Cuáles son?
–En Asturias, por ejemplo, existe una riqueza enorme en nuestro sector lácteo y tenemos que sacar entre todos partido a esa riqueza. Claro que confío en que se crearán nuevas empresas y generará riqueza. Además, en el nuevo instituto contaremos con una planta piloto para hacer ensayos fuera de los laboratorios y colaborar con las empresas.
–¿Cuál es la parcela con más espacio para la innovación en ese sentido?
–Lo que ha sido una revolución en los últimos años es toda la parte del microbioma gracias, eso sí, al desarrollo de la tecnología. Estamos asistiendo a una etapa fascinante por todas estas perspectivas que se nos abren, las bacterias, el mundo microbiano que nos rodea con una amplitud enorme, y es algo maravilloso.
–¿Qué les hace falta para poder lograr los retos del nuevo IPLA?
–Los retos del IPLA van a seguir siendo avanzar en el conocimiento, que es lo más importante. Para conseguirlo, necesitamos que se siga apostando desde las administraciones por la inversión en la ciencia y, por nuestra parte, conseguir tener una colaboración muy estrecha con el tejido empresarial.
Adrián Barbón, Oviedo
