El movimiento en el casto de Castiel, ubicado en Puntamuyeres, en las inmediaciones de Luarca, es constante. El equipo de investigadores del Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit) del CSIC encargado de realizar los trabajos arqueológicos del proyecto para poner en valor esta enclave del patrimonio valdesano ya se encuentra trabajando del terreno. La pasada semana se realizaron sobre la zona labores de limpieza y desbroce, ya que el castro se encontraba tomado por la hierba y la maleza, pero ya se pueden ver los cuatro fosos defensivos del yacimiento y ahora se estudiará la posible existencia de una muralla defensiva. Así lo explica David González, responsable de este proyecto que junto a un amplio equipo de especialistas, continuará trabajando sobre el terreno hasta aproximadamente el sábado 19 de este mes. Un proyecto que describe como «ilusionante» por el «interés que despierta el yacimiento, pues no se ha hecho ningún tipo de investigación previa. Hay muchas preguntas que contestar». Preguntas a las que esperan dar respuesta aunque todavía queda un largo trabajo por delante, pues como bien explica González, «por cada día de trabajo en campo hay tres o cuatro en el laboratorio». Los objetivos son datar y caracterizar la ocupación del enclave, evaluar su estado de conservación y analizar la relación del castro con el comercio antiguo a lo largo de la costa cantábrica.
La campaña que desarrolla el CSIC ofrecerá datos científicos sólidos e información sobre el castro de Peña Castiel. Jesús García, del Instituto de Arqueología de Mérida, adscrito al CSIC, concluyó en la jornada de ayer las exploraciones con métodos geofísicos que permiten a los arqueólogos «reconocer lo que tenemos bajo los pies», explica González, las estructuras enterradas bajo el suelo que posteriormente son investigadas mediante la excavación de sondeos. En las primeras valoraciones se cree que pudo estar ocupado en la Edad de Hierro y en los primeros siglos de la época romana, «sin embargo, por sus características de localización no podemos descartar de antemano que haya ocupaciones de época medieval, moderna e incluso contemporánea. Lo que queremos es conocer qué protagonismo tuvo este lugar en las diferentes épocas de la historia», detalla David González.
En total es un equipo de aproximadamente diez personas, que se van desplazando al terreno en función del trabajo que se vaya a desarrollar sobre el yacimiento. «Esperamos en noviembre tener los resultados del proyecto», apunta el arqueólogo del CSIC. La investigación es fruto de una colaboración con el Ayuntamiento de Valdés, que financia el proyecto, con la intención de sumar el yacimiento a los recursos turísticos y locales. Los resultados de la investigación guiarán los próximos pasos a dar en este sentido, porque Valdés quiere conocer su historia y su patrimonio y darlos a conocer a los demás, eso sí, siempre con la prioridad de proteger el enclave.