Luis Enjuanes considera que adelantar a un mes la vacunación de las personas que se han contagiado «implica cierto riesgo»
La guerra de las farmacéuticas se prepara para una nueva batalla: la de la tercera dosis, que varios países, como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Austria o Canadá ya han anunciado que la suministrarán a su población. En España, de momento, el Ministerio de Sanidad sigue a la espera del pronunciamiento de la Agencia Europea delMedicamento (EMA, por sus siglas en inglés) para tomar una decisión. Y hasta que llegue ese momento, el debate sobre si debe administrarse está encima de la mesa. Y muchos son los que se pronuncian a favor de inocular una tercera dosis de refuerzo. Ese es el caso de Luis Enjuanes, virólogo y profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y director del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología, quien considera «fundamental» para seguir ganando la batalla a la covid esa tercera dosis.
El prestigioso investigador del CSIC participó en Avilés en los cursos de verano de La Granda, que hasta el miércoles se dedicarán a analizar la pandemia. Enjuanes no solo defiende que se inocule una dosis más de refuerzo, sino que además «ve positivo» que esta tercera vacuna que se administre sea de una farmacéutica distinta a la que se recibió.Es decir, «si alguien ha recibido Pfizer, vería conveniente que reciba como tercera dosis una vacuna diferente», afirma el científico. «Hay indicios suficientes para pensar que este cambio de vacuna es conveniente», recalcó.
En lo que sí es rotundo Enjuanes es en la necesidad de inyectar la denominada «dosis del recuerdo». Eso sí, insistió en la importancia de que solo se inocule a las personas a las que resulte «imprescindible» y en el plazo de tiempo de mayor eficacia. Desde su punto de vista, «resultará inevitable» que se vuelva a vacunar a la gente de más edad o con patologías previas, aunque insistió en que, «por conciencia ética», lo primordial ahora mismo es que todas las personas hayan tenido la oportunidad de haber recibido, «como mínimo», la primera dosis.
Inflamaciones y shock
«Vacunarse al mes de haber sido positivo implica cierto riesgo». Con esta advertencia, el director del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, cuestionó el cambio de criterio del Principado, que ha decidido inocular la dosis a quienes hayan contraído la enfermedad en el último mes.
Una decisión que contribuirá a alcanzar la inmunidad de grupo –más del 80% de la población ya con la pauta completa– durante esta semana, «pero que también puede provocar importantes inflamaciones en algunos pacientes». Ante esta hipótesis, el científico instó a ser prudente y no acelerar los plazos estipulados. «Suministrar el antígeno en personas que ya tienen anticuerpos puede llegar a suponer un shock. Todo depende de cómo haya desarrollado cada persona la enfermedad, pero ante la imposibilidad de estudiar caso por caso, resulta conveniente estipular unos plazos generales con la premisa de asumir el menor riesgo posible», afirmó.
Asimismo, y aunque en todo momento insistió en la importancia de vacunarse, «porque tal y como estamos viendo es la única forma de superar la pandemia», recomendó seguir estrategias que impliquen inocular las menos dosis posibles. «Si alguien que ha contraído la enfermedad está inmunizado, hay que evitar propocionarle más anticuerpos. El objetivo debe ser proteger a la población con el menor número de inyecciones posibles», explicó Luis Enjuanes.
En cualquier caso, pidió que los cambios de criterio que se han ido adoptando durante el proceso de vacunación no atemoricen a la población, al ser lógicos «porque la investigación nunca se detiene en busca de la solución óptima para una enfermedad que es nueva para todos», señaló.
Esto tiene como principal efecto positivo la constante mejora en las vacunas que, según comentó, significará que cada vez se encuentren en el mercado «modelos más eficaces en la lucha contra el virus». Enjuanes recordó que está coordinando un equipo de 16 profesionales con el fin de suministrar en los próximos meses, una vacuna intranasal «que resulta mucho más útil que la intramuscular, ya que reforzaría la protección en la zona más afectada, al tratarse de una enfermedad que golpea al sistema respiratorio».