El investigador del CSIC en el IPLA y la científica Noelia Martínez coinciden en que la sociedad “va hacia una nutrición más personalizada”

El amplio espectro de los nuevos alimentos avanza de forma imparable y tiene uno de sus principales “caladeros” en la llamada carne sintética, producida en el laboratorio. Así lo refrendaron ayer los investigadores reunidos por el Club Prensa Asturiana, con la colaboración del CSIC, Baltasar Mayo y Noelia Martínez, que fueron presentados por María Fernández, directora del Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA), y delegada institucional del CSIC en el Principado.

“Llegará un momento en el que no habrá chuletón para todos y la industria optará por otras fórmulas”, aseguró Mayo, profesor de investigación del CSIC en el IPLA.

“Existe un problema añadido a todo esto, las células cultivadas no saben a nada, eso es algo que me llama la atención. Habrá que mezclarlas con otros ingredientes”, indicó. El científico reconoció que la presión de las empresas y de los laboratorios influye en el desarrollo de nuevos productos como la carne artificial, que pretenden causar un menor impacto medio ambiental. “Me pregunto si realmente hay una demanda de insectos en la sociedad; de jamón pata negra seguro que sí, lo otro no me queda tan claro”, dijo, en clara alusión a la nueva disposición de la Comisión Europea que autoriza el consumo del grillo doméstico, que se une así al gusano de harina y la langosta migratoria.

“La seguridad para el consumidor es la gran cuestión; siempre debe estar garantizada al máximo”, señaló Noelia Martínez, directora de investigación y desarrollo de Microviable Therapeutics. “Para el consumidor cada vez es más importante saber qué está comiendo; vamos hacia una nutrición más personalizada”, añadió.

Los científicos también aludieron a la moda de comer semillas, de chía o de baobá; lípidos, aceite de argán o flavonoides de la planta de regaliz. “Algunos de estos nuevos alimentos tendrán riesgos microbiológicos y medioambientales, sobre todo en el caso de los gusanos o insectos que hay que alimentar y criar, con el riesgo de que se conviertan en una plaga”, señaló María Fernández. Al acto acudió también Borja Sánchez, consejero de Ciencia, Innovación y Universidades del Principado que ha formado parte del equipo de científicos del IPLA-CSIC.

Articulo de ‘La Nueva España’